La obra de
Regina José Galindo (Guatemala, 1974) constituye una de las prácticas performáticas
más contundentes de la escena de arte latinoamericano. Sus obras testimonian de
la violencia cotidiana, brutal, abrumadora, y espeluznante de la sociedad
guatemalteca y latinoamericana en general. A través de una serie de acciones
publicas en las que expone su cuerpo como un instrumento político, su trabajo
refleja diversas contradicciones éticas, injusticias sociales y abusos del
poder que fragilizan a las sociedades contemporáneas.
A continuación una presentación de algunos de
los trabajos que serán expuestos durante los solo projects de Swab.
Por Carolina Ariza
La obra
titulada “Hermana” fue realizada en colaboración
con su amiga poeta, cineasta y artista indígena Rosa Chávez. Se trata de vislumbrar
las diferencias y desencuentros que se producen entre los “blancos” y los “indígenas”.
Cuando por lo general la mujer indígena es siempre abofeteada, escupida y
pisoteada, en esta acción hay una inversión de los roles, y es ella quien inflige
los diversos castigos y humillaciones.
Hermana 2010
Video, sonido, color
1’46
Guatemala
Cortesía Regina José Galindo y Prometeo Gallery
“Piedra” fue una acción presentada
en el Departamento de Artes Escénicas de la Universidad de São Paulo en la que
el cuerpo de la artista inmóvil, recubierto de carbón, personificaba una
piedra. Tres voluntarios orinaban encima del “cuerpo-piedra” de la artista.
Partiendo de la premisa que las piedras guardan silenciosamente en su memoria
la violencia histórica, esta acción evocaba el proceso de objetualización,
tortura y explotación que se han ejercido entre los diferentes estratos de la
sociedad guatemalteca.
Piedra 2013
Fotografía, impresión
lambda en forex
90x135 cm, Sao Paolo, Brasil
Cortesía Regina José Galindo y Prometeo Gallery
¿Quién puede borrar las huellas? fue un
performance que la artista realizó caminando con los pies descalzos desde la
Corte de Constitucionalidad hasta el Palacio Nacional de Guatemala. Durante la
acción, la artista marcaba su recorrido dejando huellas de sangre humana en
memoria de las víctimas del conflicto armado en Guatemala y afirmaba su rechazo
a la candidatura presidencial del ex-militar, genocida y golpista Efraín Ríos
Montt.
¿Quién puede borrar las huellas?. 2003
Fotografía, impresión
lambda en forex
, 110 x 150 cm
Foto: Víctor Pérez, José Osorio/ Cortesía: Regina
José Galindo y Prometeo Gallery di Ida Pisani
El siguiente testimonio escrito por la
artista, narra una de las formas en que el Ejército construía las fosas previo
a asesinar y tirar los cuerpos dentro y fue escuchado durante el juicio por
genocidio contra Ríos Montt y Sánchez Rodríguez:
“Guatemala vivió durante 36 años una de las
más sangrientas guerras. Un genocidio que dejó más de 200,000 muertos. El
ejército que peleaba contra la insurgencia definió como enemigos internos a los
indígenas aduciendo que simpatizaban con la guerrilla y durante cruentos
períodos se dedicó a perseguirlos. Con la intención de quedarse con las tierras
(bajo la complaciente mirada de la oligarquía nacional) y la justificación de
que los indígenas eran enemigos de la patria, el Estado puso en práctica la tierra arrasada. Esta fue una práctica
común y característica del conflicto armado guatemalteco. Tropas de soldados
del ejército y patrullas de defensa civil llegaban a las comunidades indígenas
y destruían cualquier cosa que pudiera serles de utilidad para sobrevivir:
comida, ropa, cosechas, casas, animales, etc. Quemaba todo, violaba, torturaba,
asesinaba. Muchos cuerpos fueron enterrados en fosas comunes que hoy forman
parte de la larga lista de evidencias que confirman el hecho.
– ¿Cómo mataban gente? –preguntó el fiscal.
– Primero ordenaban al operador de la máquina,
al oficial García, que cavara un hoyo. Luego los camiones llenos de gente
parqueaban frente al Pino, y uno por uno, iban pasando. No les disparaban.
Muchas veces los puyaban con bayoneta. Les arrancaban el pecho con las
bayonetas, y los llevaban a la fosa. Cuando se llenaba la fosa dejaban caer la
pala mecánica sobre los cuerpos.”
“Tierra”, 2013
Fotografía, impresión
lambda en forex
, 100x135 cm
Le Moulin, France
En el performance “Hilo de tiempo” el cuerpo de la artista aparecía tirado en medio de
una plaza publica recubierto por una bolsa tejida para cadáveres. Invitando a
una reflexión sobre las relaciones que han enraizado a América Central y a
México históricamente como culturas violentas, el público era libre de ir
deshilando la bolsa hasta descubrir el cuerpo desnudo de la artista. Para la
artista se trataba de mirar para atrás en el hilo del tiempo para entender las
razones de tantas muertes y violencia para de esa manera reencontrar un sentido
de la vida en el presente.
Hilo de tiempo, 2012
Fotografía, impresión
satinada en forex
, 135 x 90 cm
San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México
Fotos: María Jiménez Romero, Lydia
Reich, Cecilia Monroy Cuevas
Cortesía de la artista y Prometeo Gallery