Carolina Ariza habla con Fredy Alzate

on sábado, 3 de octubre de 2015


De la serie Arquitecturas leves, 2006 -2015, Lona y maderas recicladas, dimensiones variables.


Fredy Alzate nace en Medellín, Colombia en 1975 en donde vive y trabaja.
Realizó sus estudios de Artes Visuales en la  Universidad de Antioquia y una Maestría en Producción Artística en la Universidad Nacional de Bogotá. En su trabajo, Fredy Alzate busca configurar narrativas distópicas a partir de contextos geográficos o políticos específicos. Reflexiona sobre la naturaleza amenazada, el cambio climático y el urbanismo desenfrenado a través de estrategias que revisan el uso y abuso de los recursos naturales en contextos occidentales; la arquitectura espontánea, la recursividad propia de situaciones contingentes y la emergencia del habitar, desplegando la espacialidad que generan objetos e instalaciones que crecen desde la conciencia del vacío resultante de “la extracción” (como metáfora paradójica de la idea de desarrollo), y la alusión espacial gráfica en expansión de modelos interpretativos de fenómenos culturales. 
Esta representado por la galería de La Oficina de Medellín en donde actualmente presenta la muestra individual  Horror vacui.


Carolina Ariza: ¿Nos podrías presentar las grandes líneas investigativas de tu trabajo?
Fredy Alzate: Mis investigaciones han girado en torno a problemas urbanos desde hace unos diez años. Me interesa encontrar signos que expresen los modelos en que se ha venido construyendo la ciudad latinoamericana, y para esto me he dedicado a analizar las relaciones entre sujeto y territorio, revisando específicamente las periferias urbanas de Bogotá y Medellín en Colombia. También he buscado expresar sistemas de representación arquitectónica donde se contradice el ideal de la ciudad moderna, volviéndose antítesis lo que pretendieron esos modelos importados europeos. Para ello pongo en tensión los procesos de urbanismo determinados por lo institucional con los procesos espontáneos que se van dando por las necesidades específicas de los sujetos, lo que me hace comprender que la arquitectura vernácula se desarrolla en función de lo que las personas tienen en su entorno, así como de los procesos constructivos heredados o adquiridos que ponen en obra.


CA: ¿Te refieres a las barriadas… a las favelas, o como se les dice en Medellín las comunas?

FA: Me refiero a las comunas de escasos recursos situadas sobre todo en barrios periféricos, donde los procesos de urbanismo se inician con barrios de invasión que poco a poco van accediendo a los servicios públicos. A pesar del proceso de regularización del urbanismo, su existencia misma denota las fallas del sistema. Mi trabajo se inspira de las formas de pensar la materia presentes en esos procesos constructivos, vinculando estrategias para resolver  problemas básicos de supervivencia, pero que también son ornamentales. Intento trasladar esas situaciones  contingentes, expresadas, por ejemplo, en la precariedad de las construcciones, a mis propios procesos escultóricos, en los que aplico estas mismas lógicas, buscando generar  resonancias con estos contextos urbanos. Me interesa también buscar paradojas para activar narrativas en el campo de la producción pictórica, gráfica o escultórica, que alerten los imaginarios y que nos lleven a repensar  los modelos preconcebidos que tenemos de la ciudad.



Lugares en fuga, 2014, Intervención MAMM Medellin, Colombia.  Fotografías Carlos Tobón.
Boceto, intervención Lugares en Fuga II, 2012, ARTBO (Feria de Arte de Bogotá), Acrílico y transfer sobre lona 20 x 25 cm.


CA: ¿mo funciona el trabajo de terreno que haces? ¿Cómo incursionas en el contexto de las comunas y cuál es la relación que estableces con el material?

FA: El trabajo de campo me permite descifrar esos procesos constructivos, analizarlos desde  acciones determinadas por el bricolaje, por el uso recurrente de materiales diversos tales como residuos industriales o cosas de segunda mano. Yo aplico esa misma lógica en la búsqueda de materiales para la escultura, a veces voy a depósitos o a lugares de reciclaje y precisamente lo que hago es usurpar esos modelos, esas formas de pensar desde la materia y la estructura,  para luego establecer un diálogo con la gramática escultórica. Intento generar sensaciones que son próximas a mí en campo artístico; a veces pongo situaciones en equilibrio que pueden permanecer o caer  en el espacio de la galería, y el espectador presiente estas situaciones como temporales, susceptibles de cambiar durante el tiempo de la exposición. Por eso me interesan bastante los work in progress, que son situaciones que se provocan en la sala pero que durante el tiempo de exposición van cambiando, ya sea porque las materialidades ceden o colapsan -y en ese caso las reconstruyo-; o por estrategia y metodología. Yo asumo la necesidad de estar cambiando constantemente las formas y la relación con el espacio. En síntesis, diría que intento trasladar al pensamiento escultórico la misma dinámica de movimiento y cambio que caracterizan a los contextos urbanos, sobre todo de los sectores periféricos donde hay modos muy espontáneos de urbanización.


Quinta fachada, 2013, Tejas de zink, objetos encontrados, metal, madera, piedras, ladrillos, plantas naturales, resina, 250 x 320 x 630 cm, Museo de arquitectura Leopoldo Rother, Universidad Nacional, Bogotá.


CA: Me interesa mucho esta idea que tienes de exaltar el equilibrio tan frágil de estas construcciones, o este desequilibrio si se puede decir así, porque se trata de construcciones muy efímeras o potencialmente destruibles con cualquier movimiento sísmico o desbordamiento de un río.

FA: Ellas denotan precisamente esa fragilidad ante la fuerza de lo natural, porque la lluvia o el viento incluso las puede afectar. Hay una imagen que es muy recurrente en esos barrios, y es la presencia de piedras u otros objetos sobre el techo posados ahí con el fin de evitar que el viento se robe las tejas. Son imágenes que me ayudan a reflexionar sobre las formas de habitar, sobre el significado de estas casas que parecieran ser más bien ser trampas, cuyos techos pueden colapsar en cualquier momento. Intento trasladar a las esculturas ese tipo de paradojas, poniendo en tensión las dinámicas de la física, el peso de las cosas y su localización de acuerdo a las estructuras que la soportan. Busco crear un extrañamiento en el espectador, similar al que yo a veces tengo cuando realizo investigaciones de terreno y me asombro al ver esas estructuras que pueden permanecer en el tiempo, en equilibrio o en desequilibrio, sosteniéndose en su precariedad.


Aluvión, 2012, Intervención, Parque Biblioteca de Belén, Medellín, Colombia, Madera, hierro, zinc, objetos encontrados, 500 x 450 x 600 cm, Fotografía Carlos Tobón


CA: Las condiciones sociales y materiales del contexto determinan entonces tu producción plástica, pero ¿de qué modo la utilización de desechos o de materiales pobres o blandos, como los llamas tu, se convierte en un material crítico de la obra o del contexto?

FA: Creo que la mayoría de los materiales, las formas o las estructuras que realizo, así como las situaciones que creo en las salas de exposición (en donde problematizo por ejemplo el piso, el techo, las paredes), se visualizan precisamente por la situación en la que se presentan. A veces pueden ser estructuras muy abstractas, otras veces se crea una relación muy directa con el referente. Creo que eso me permite traducir desde la gramática escultórica un poco de la experiencia que tengo en la ciudad, sobre todo la latinoamericana donde los sistemas tienen muchas fallas a todo nivel. Tomando como punto de partida el urbanismo, quisiera hablar de la ausencia del Estado en los procesos de urbanización en los cinturones de miseria, de la condición del ser humano que está constantemente sobreviviendo a reveses sociales, políticos, pero también a otros ligados al territorio y la naturaleza, que se vuelven amenazas constantes. Mis obras hablan del sujeto y de las formas de habitar, pero también dan cuenta de un estado de las cosas, de las experiencias que permite la ciudad de acuerdo a los modelos de urbanización; hablan también de la ideología de los latinoamericanos, quienes logran superar la adversidad con lo que tienen en sus manos. También hago una lectura desde lo estético, porque me maravilla el uso de la materia y las formas intuitivas que las personas desarrollan para poder construir un techo, una pared, o el uso que le dan a los objetos encontrados para reparar sus casas.



Scarabaeus laticollis, 2015, Objeto en neumático reciclado, 2 metros de diámetro. Intervención Bario la Honda, Medellín, Colombia. Fotografía: Rodrigo Díaz


CA: ¿Puedes hablarnos más concretamente de “Escarabajo Pelotero”? Es una obra que utiliza neumáticos reutilizados, que supongo recuperas, y que por lo demás es un material con el que creo que ya has trabajado en otras ocasiones...

FA: Escarabajo Pelotero es la traducción del nombre del escarabajo andino en latín, Scarabaeus laticollis. El título de la obra proviene de la metáfora que propongo utilizando al insecto como una analogía de las formas de habitar. El origen de esta idea remonta a varios años atrás, cuando me di cuenta de la existencia de un sistema de acueductos informales e ilegales que recorren las callejuelas y los vericuetos de un barrio de Ciudad Bolívar en Bogotá. Esa imagen, con todas esas conexiones expuestas, me hizo concebir una manera muy paradójica de pensar la ciudad como un enjambre de redes o nervios expuestos: a raíz de esa sensación que tuve con la materialidad, con el tubo negro hecho de neumático que servía para hacer los empalmes, fui adoptando poco a poco este material. Experimenté bastante con él; creando objetos amorfos que hacían referencia a estos sistemas de acueducto, buscando crear con ellos un extrañamiento en el espectador frente a este tipo de cosas insólitas que genera la urbanización espontánea.
 Posteriormente fui acogiendo otra referencia: la esfera, una esfera de materiales  de múltiple procedencia, compuesta por pedazos de neumático que se reciclan y que permiten construir esta forma que aún siendo esférica conserva muchas irregularidades, muchas imperfecciones. Decidí utilizar metafóricamente la figura del escarabajo porque ellos van arrastrando el estiércol y la tierra y van haciendo una bola que termina siendo su casa. Me pareció que la imagen del insecto podía servir para crear una potente analogía con la imagen de la gente que transporta en carretas materiales encontrados y desechos industriales, objetos diversos recolectados con el fin de utilizarlos posteriormente para construir sus casas. Quise entonces hacer esa analogía entre esa casa que se arrastra, que se lleva, que rueda, con la imagen de los escarabajos, que hacen lo mismo y que luego depositan sus larvas al interior. Esta analogía también contiene una referencia al territorio: el escarabajo pelotero es de la zona andina, una zona geográficamente accidentada, y aquí en Medellín he visto la dificultad con que la gente transporta sus materiales o sus enseres a zonas muy altas, cuyos accesos son a menudo senderos o escaleras de barro.



CA: Pero la forma esférica es recurrente en varias de tus obras, estando presente por ejemplo en otra de tus obras: “Lugares en fuga”. Es interesante el hecho de que traslades problemas locales hacia una problemática universal, y en este sentido me gustaría que desarrollaras un poco más el tema de la esfera.

FA: La forma esférica me gusta porque induce movimiento, y yo creo que algo que caracteriza a la sociedad latinoamericana es su continuo cambio, su devenir constante causado por muchos flujos sociales, políticos y económicos, que en definitiva son las fuerzas que jalonan el crecimiento abrupto que experimentan nuestras ciudades latinoamericanas. La esfera en el proyecto Lugares en fuga, 2012, simboliza el desplazamiento intra-urbano que se ha venido dando en la ciudad de Medellín desde los últimos quince años, donde familias y grupos humanos de gran tamaño se han visto desplazados dentro de la misma ciudad. Esta problemática social me hizo pensar en la ciudad no como un sistema, sino, más bien, como un conjunto de espacios, por lo que el desplazamiento forzado de esos grupos humanos vendría a ser como una migración de mundos. La utilización del ladrillo reciclado en las obras es una referencia directa a los barrios pobres de Medellín y a estas formas de habitar la ciudad que son determinadas por los límites imaginarios que se establecen a causa de las disputas entre milicias urbanas .
Ahora con este proyecto Scarabaeus laticollis volvió a aparecer la esfera y esta idea de una cosa móvil que cambia, que muta, que está rehaciéndose, que se acumula, que se densifica, y creo que tiene que ver con las sensaciones que me generan los modos en que crece la ciudad latinoamericana. Es una amalgama de cosas heterogéneas y por lo mismo es difícil pensar algo estable, en cambio uno vuelve a Europa después de diez años y pocas cosas han cambiado. En Latinoamérica por el contrario, cada año uno siente cómo se modifica el paisaje urbano. Es algo que está muy presente en ciudades como Sao Paulo, Medellín, Caracas, Bogotá, Ciudad de México, y es esa movilidad, esas mutaciones son parte de lo que quiero hacer presente en los proyectos que desarrollo.



Geografías deshechas, 2013, 1200 llantas recicladas,  sonido amplificado, 5 x 5.4 x 8 mt, 43 Salón (Inter) Nacional de Artistas Colombianos, 2013, Jardín Botánico Medellín. Fotografía Rodrigo Díaz.
De la serie Lugares en fuga, 2011, Acrílico sobre lona, 195 x 200 cm. Cortesía del artista.



CA: Tus dibujos son de una calidad plástica muy fuerte. Me gustaría que hablaras de esa relación que estableces entre el objeto, la fotografía y el dibujo.

FA: Más que un problema escultórico en particular, me interesa el arte contextual o lo que se denomina contemporáneamente arte relacional. No tanto las formas autónomas que se definen en sí, sino las relaciones que éstas pueden generar con un contexto determinado. Me gusta la escultura por la capacidad que tiene de generar referencias a otros contextos, a problemáticas urbanas determinadas. Este proyecto podría definirse como un gesto relacional: cuando yo desplazo el objeto creado a barrios con tipologías urbanas similares a las que encontré en su momento en Ciudad Bolívar de Bogotá, se genera una experiencia muy fuerte con la comunidad; un extrañamiento frente a este volumen creado a partir de la lectura de sus propias prácticas constructivas. Esta experiencia aporta elementos muy relevantes a nivel del proceso de investigación, de ahí la necesidad de estas referencias cruzadas, de pensar el objeto en sala pero también con la interferencia de una fotografía o un video que lo muestra en el contexto que le dio origen.
Me interesan también las narrativas que permite el lenguaje gráfico, que son más especulativas que la fotografía y el objeto, la cuales a veces limitan las posibilidades de alertar imaginarios a partir de los cruces que puedo generar en el proceso de investigación.
Yo siento que uno como artista lee signos y los desplaza a cada lenguaje, y cada medio de expresión permite algunas cosas y otras no. Creo que con los dibujos puedo hacer conjunciones muy interesantes entre las referencias teóricas y prácticas que voy explorando por la vía de la investigación. El dibujo crea puentes, enlaces que me permiten ampliar la narración o generar mayores incertidumbres sobre lo que el espectador ve en la sala de exposición, para que no se quede con la idea de que se trata netamente de un problema escultórico. En ese sentido, siento que la referencia gráfica, unida a la fotografía del objeto en terreno, van creando relaciones que permiten que el espectador le asigne nuevos sentidos a lo que estoy proponiendo en ese despliegue de referencias. La atribución de nuevos significados se hará en función de la experiencia que tenga cada uno con la ciudad, y esto me gusta bastante porque permite que el proyecto se torne polisémico. Como te decía anteriormente, me interesa partir de esos fenómenos urbanos pero no limitarme a la ilustración de los mismos; me gusta también generar inquietud en el espectador con el fin de que repiense las dinámicas urbanas o incluso examine sus propias prácticas, sus propias formas de habitar la ciudad.


Espacio negativo, 2015.Acrilico sobre conglomerado de madera reciclado, escombros. 200 x 100 cm
Horror vacui, 2015. Instalación (3100 piezas en fribrocemento, óxido de hierro).  Galería de la Oficina, Medellín.



CA: Cuéntanos sobre tu muestra en la galería La Oficina y sobre los proyectos que estás desarrollando en este momento.

FA: Estoy presentando una exposición que se llama Horror vacui, que significa miedo al vacío en latín, donde reflexiono sobre diferentes fenómenos ocurridos en Medellín. El origen del proyecto es la falla arquitectónica que presentó un edificio de estratos altos llamado Space. La demolición subsecuente del mismo, su desaparición de la panorámica urbana tenía como objetivo el ocultamiento de las fallas que presenta el sistema de control de la construcción tanto en los estratos altos como en los estratos bajos. Este proyecto es entonces una reflexión sobre el territorio, sobre una geografía accidentada y  la densificación que ha sufrido la ciudad de Medellín, que teniendo poco espacio construible, se va saturando cada vez más tanto en las zonas de estratos altos como bajos. Esta densificación excesiva tiene como consecuencia que no haya espacios verdes o vacíos, por eso acojo este término de miedo al vacío, por esa necesidad acusante de llenar todo.
Esta exposición también es una reflexión sobre una ciudad que se rehace sobre sí misma todo el tiempo. Medellín no tiene un centro antiguo, ya que históricamente se ha ido demoliendo para  dar lugar a nuevas construcciones y esta dinámica constante lleva a que la exposición asuma la idea de una ruina contemporánea y de un colapso permanente de estructuras.




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Olivia Breleur, director of Maëlle galerie, introduces artist Sébastien Jean.

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Sebastien Jean Born on March 17, 1980 in Thomassin (Haïti), Jean Sébastien lives and works in Haïti. In 2000, a visit to the exhibition of the artist Barbara Prézeau Stephenson gives birth to a new asthetic step in Sébastien’s work (…) « My work is inspired by crafts, particularly in the choice of the medium, sawdust, coffee grounds, sand. 2006 is an outstanding year ; his studio is destroyed by fire. Sébastien rescues from the fire what he is can, works it again, transfigures it and shows it at the Art Center of Jacmel. Then, with the support and the help of Mario Benjamin he shows his work at the French Institute of Port au Prince. The exhibition is a real success, his paintings where the black of the smoke mingles with colours are questionning and he gains the attention and the support of the Monnin Gallery in Petionville. In November 2010 he takes part in the exhibition « Caribbean Vibrations » at the Montparnasse Museum, then, some weeks later he is invited by the Egregore Gallery in Marmande where he shows his paintings and sculptures. From then on, his work becomes international. In April 2011, he takes part in a collective exhibition « Haïti Realm of this world », a tribute to Jean-Michel Basquiat and Edouard Glissant, showed in Paris by the Agnès b Foundation , then at the 54th Biennial event of Venice and finally in Miami. He also was in artistic residence at the Vieux Château.



As if to sound out two words 
Alexande Cadet-Petit

As if he wanted to sound out two words, horror and disgust dear to his island, at first sight, Sébastien Jean gets involved in the singular bestiary of Haïti. That’s not new in itself. But what is striking nevertheless is that the painter opens up at the same time the inner side and the outer side of his figurative pieces. Indeed, if he is still attached to the shape, yet, he characterizes his bestiary a bit more, since, according to me, it is better to be attached to the inner part, enabling the autopsy, or better the semiology spreading the spontaneous signs of the thousand-year-old cultures that are part of all the Caribbean Islands.

In fact, when you look carefully at the lines which sustain the outer side, you can guess a flying-buttress here, a fasciculated column elsewhere, sometimes a diagonal in the middle of an archway of the outlying vocabulary of Sébastien Jean whereas such a move has just been made out we are taken back once more to the new world he means, since, if the apparently gothic I have just mentioned are part of the inner, they sudddenly bump into the spine of the container, a monster as fiercely full of obstacles as today’s societies could be. 

Yet, despite the harshness of the association of the black and white, the bestiary remains soothed. One more time the phantasmagorical world of Sébastien Jean are derived from the thousand-year-old chats of tales, in which fear triggers off the promises of union, in the contemporary space of tyrannized cultures. 


Alexandre Cadet-Petit, March 12, 2012, in Le Moule, FWI 
Sébatien JEAN’s chimeras. 
Scarlett JESUS 

Sébatien JEAN’s chimeras. Scarlett JESUS « At moonlight, near the sea, in isolated places in the countryside, immerged in bitter reflections, you can see eveything take on yellow, imprecise, fantastic shapes. 

Sébastien Jean. Untitled, 2011. Soot, tar oil, oil painting, powder.

Painter and sculptor, Sébastien JEAN is a young bolt Haïtian artist who cultivates his chimeras. Without seeking to please at any rate. Enthusiast of disturbing contemporary art, he made the choice of showing reality as he perceives it, as a visionary. Besides, he mischievously calls himself a « lunatic » to define his work that he wants to be completely free. 

The work the artist did when he was in a three-month residence in LARTOCARPE in Le Moule(GUADELOUPE) is a confirmation of what he says and which is far from being naïve. Although he is a self-taught artist, Sébastien JEAN started painting in his early childhood and he could, on many occasions, confront his art with internationally known artists, in exhibitions from Miami to Paris through Marmand and lately, at the biennial of Venice. 

Talking of « chimeras » to call Sébastien JEAN’s work is being completely aware of the different meanings and the ambiguity of that word. Moreover in Haïti , where the word has particular connotations, since « the chimeras » recall a very special social reality, that of armed gangs serving President ARISTIDE and terryfying the population between 2001 and 2005. A Chimera meant, in Greek mythology, a monster spitting out fire ; its body was made of elements from different animals. That word can easily apply to the hybrid beings that haunt the artist’s world. Turning his back on a rational approach of reality, Sébastien JEAN, discloses an imaginative world which is, like most of Haïtians artists’work, steeped in voodoo beliefs inherited from Africa. The work of that artist shows us his apprehension of a world he perceives as being strange, weird, subjected to all kinds of evil spells, magic spells and metamorphosis. What looks uncommon can be due only to the action of invisible forces : evil spirits, errant souls, monsters or dragons. Some titles of GOYA’s work -you inevitably think of- in the Fancies « The Sleep of Reason Produces Monsters » or « Witches’ Sabbah » could easily apply to the dark world of his paintings. The beings, sometimes with claws, with hooked beaks or threatening teeths, sometimes like ghosts, look as if they were coming out from a Chaos that the painter darkens furthermore, in a symbolic way, with dusts and ashes. The artist’s style is clearly recognizable by that chiaroscuro aesthetics, by the choice of a dark palette most of the time, or by the association of black with a violent colour like fluorescent red or yellow and also by the erratic and fleeting interlace left by the brush. 

Don’t those lines express the quest of an artist seeking to fix the visions inspired by an unstable world subjected to the action of supernatural forces ? An unsteady world as if split up, like some of his diptychs or triptychs. An unrestrained world that is only governed by the fancies and the fantastic convulsive movements of an unrestrained imagination. 

In the same way, the sculptures - which are like installations – let fate play a large part. Using salvaged materials, they show the wastes of a society and a time. Old batteries, rusty wheels and old irons, floated wood, shoes and ropes washed up on the shore are linked with goat skulls and bones. As if by magic, the artist gives those waste a new shape and a new lease of life. But those impure beings shaped from Chaos, will also appear like weird and disturbing monsters. Like Titans or Ogres, they look as if they wanted to show the remains of their unlucky victims. 

Maëlle Galerie

Nevertheless, all those characters, though ugly and terrifying at first sight, look quite funny. They remind us the monsters in the tales that delighted our childhood. Like tales, thanks to a biased approach, they enable us to face appalling reality. The one we live and above all the one Haïtian people live. At the same time and while confusing horror and laughter, Sébastien JEAN surreptitiously manages to do a kind of exorcism, his grotesque « chimeras » enabling him to externalize his own evil spirit, fears and obsessions. To free and -free himself from – the monster that is in each of us. Thus, beyond the reference to voodoo and the use of fantastic, Sébastien JEAN manages to create a very personal world, that is dreamlike and satirical at the same time. His work revives the sacred function art initially had, that of having secrete powers. That art, which offers little rational interpretation, acts like a magical spell.The choice of large formats contributes to emphasize the shock of the observer. 

With a position similar to André Breton’s, Sébastien JEAN joins the contemporary reasoning of another artist, the Austrian Alfred KUBIN. The twilight atmosphere of the paintings of both painters shows a world which, plagued by violence, is dehumanizing itself and going back to animality and savageness. Both ask the same essential question : can art act on the tragical course of events ? Or should we consider that its function is to propose « chimeras », « the last ressources of the unhappy » to take up Rousseau’s expression. 


Olivia Breleur, Maëlle Galerie director


After obtaining a DNAP (National Diploma in Visual Arts) and a DNSEP in fine arts (Superior National Diploma of Plastic Expression), Olivia Breleur decides to leave the practical side and deepen the theoretical knowledge. Sensitive to the fate of the artists she encounters, and the lack of professionals around them, she studied in Paris at the EAC, school of communication, culture and luxury, where she was awarded a master in art market. 

Always passionate by the production of contemporary Caribbean artists, she was surrounded by professionals for the writing of her research project. Giovanni Joppolo, specialist in contemporary art of the Caribbean was her director and Jacques Leenhardt, Director of Studies at the EHESS (School of Superior Studies in Social Sciences) and specialist in Latin American art, was her godfather.

The eligibility criteria for an international art market. What Place for the market of artists from Martinique and Guadeloupe? This was the title of her research project which provocatively announces the analysis and highlights of the barriers to the radiance of the evoked artists. She worked between 2010 and 2012 at the Frank Elbaz art gallery in the Marais in Paris and Drawing Now, a famous Contemporary Drawing Fair that takes place in the Carreau du Temple in Paris. In October 2012, at the age of 26, she founded and now runs the Maëlle Galerie which is installed since March 2014 in the district of Belleville in the 20th arrondissement of Paris




Carolina Ariza habla con Estefanía Peñafiel Loaiza

on jueves, 1 de octubre de 2015

sin título (figurantes), 2009-2014, acción, instalación, archivo, botellitas de vidrio, goma de borrar, periódicos, repertorio, dimensiones variables.


Estefanía Peñafiel Loaiza

Estefanía Peñafiel Loaiza nació en Quito, Ecuador, en 1978. Inició sus estudios de arte en la Universidad Católica de Quito y obtuvo un diploma en la Escuela Nacional de Bellas Artes de París en el 2007. Reside y trabaja en París. Ha participado en varios programas de  master en Francia y en talleres, residencias y exposiciones colectivas en numerosos países. Entre sus exposiciones individuales destacan: Fragments liminaires (CPIF), L’espace épisodique (Crédac), La dix-huitième place (Villa du Parc), A perte de vue (CAB), Parallaxes et La courbe de l’oubli  (Galería Alain Gutharc) en Francia; En valija (Proceso), Exposición (Arte Actual) en Ecuador; y No vacancy (The Hangar) en El Líbano. También ha realizado numerosas residencias artísticas en lugares tales como el Triangle France (Marseille), en el desierto de Tassili en Argelia, en La Galerie en Noisy-le-Sec y en The Hangar en Beyrouth.

Sirviéndose de medios expresivos diversos (instalaciones, videos, objetos, intervenciones in situ, performance), su trabajo explora las relaciones entre la visión y  lo visible, lo invisible y la revelación, las imágenes y la palabra, la memoria y la historia, el punto de vista y los desplazamientos.




Carolina Ariza: ¿Nos podrías introducir algunos aspectos como la invisibilidad y la desaparición de la memoria, que parecen recurrentes en tu obra? Háblanos de los diversos medios que utilizas.

Estefanía Peñafiel Loaiza: En cuanto a las herramientas y a los medios que utilizo, éstos se definen en la evolución misma de cada proyecto. Me planteo la idea y luego escojo un medio que me ayude a resolverla.  A veces son incluso los materiales o los soportes que me dictan la forma final de la obra: instalaciones, fotografías, videos, acciones... Por ejemplo, yo no me considero una artista del performance, pero si alguna de mis obras requiere que me tenga que poner personalmente en escena, o pedirle a otra persona que lo haga, entonces lo hago. Cada proyecto me llama a utilizar herramientas específicas, algunas obras las realizo in situ pues me interesa reaccionar frente a un lugar y su historia. Lo que me interesa es cuestionar la mirada, la perspectiva, la relación que tenemos de manera muy amplia con respecto a la historia, o frente a un evento en donde nuestra mirada en tanto que espectadores está sujeta a un bagaje cultural o político: cómo ubicamos nuestra mirada con respecto a la historia misma y a la manera como ésta se construye. Mi primera exposición en la galería Alain Gutharc se llamaba Paralajes, que es un fenómeno en el cual la percepción de un objeto cambia por un desplazamiento del punto de vista, porque lo que cambia es el lugar desde donde se mira. Me interesa cuestionar, por ejemplo, si al estar expuestos ante tantas imágenes difundidas por los medios de comunicación, éstas son todavía capaces de revelarnos la realidad del mundo. Ante tal bombardeo de imágenes, ¿ logramos realmente ver lo que sucede? ¿Bajo qué perspectiva percibimos ciertos eventos? ¿Qué “hace imagen”, cómo la vemos?



CA: ¿Trabajas principalmente a partir de imágenes existentes o también te interesa crearlas?

EPL: Como te decía, más allá de la representación de las imágenes que circulan,  me interesa explorar qué “hace imagen” y, en ese sentido, de lo que se trataría siempre es de “crear” imágenes, aún si éstas remiten a imágenes preexistentes o a un puro concepto. Por ejemplo, Ecuador es una total abstracción, un parámetro imaginario, una idea, pero también el nombre de un país. Esta polisemia ha sido muy influyente en mi trabajo ya que venir de un lugar cuyo nombre parece resistir a toda representación, me permite explorar sobre la proyección de un imaginario, de una “imagen” más allá de lo visual o de un territorio concreto.



CA: Sería interesante que nos hables de “sin título (figurantes)”, una de las obras que presentaremos en Swab.

EPL: Esta obra está constituida por una colección de mil botellitas que son como un batallón de presencias. Dentro de ellas se encuentran los residuos de gomas de borrar con las que he “atrapado” las representaciones de anónimos que aparecen fotografiados en los periódicos. La obra se fue elaborando entre el 2009 y el 2014. Durante esos años recogí periódicos en distintos lugares: en la biblioteca de mi barrio, en la Universidad Americana de París, en el Centro Cultural Suizo. Luego buscaba entre las fotografías publicadas en estos periódicos las representaciones de lo que he llamado los “figurantes”: individuos anónimos que aparecen en los medios de prensa como representaciones genéricas de un tipo de personas, de una masa homogénea, sin que se ponga en relieve la particularidad de cada cual, y que desaparecen luego en el flujo de las noticias. También los pies de página que acompañan las fotografías son tópicos que nombran generalidades, por ejemplo: “mujeres en huelga”, “obreros trabajando” o “tunecino  encarcelado”. En esas generalidades no cabe la subjetividad, la singularidad. A diferencia de las estrellas de cine,  todas muy bien singularizadas porque cada una de ellas está identificada por su nombre, los “figurantes” son contratados sólo para hacer masa, paisaje, imagen tópica. Mi obra es una suerte de tentativa de devolver una presencia singular a cada uno de estos figurantes anónimos.



 sin título (figurantes), 2009-2014, acción, instalación, archivo, botellitas de vidrio, goma de borrar, periódicos, repertorio, dimensiones variables.



CA: ¿El origen de los periódicos es diverso?

EPL: Los periódicos provienen de distintas fuentes y de países distintos, como Estados Unidos, Francia o Suiza, y por ello están escritos en distintas lenguas. Los he ido recopilando por donde sea que paso, por ejemplo cuando viajé al Líbano, allí también conseguí algunos. Así que, en este caso, es el periódico lo que deviene un soporte genérico.

CA: Cuando hablas de las dos partes de la instalación, los periódicos y las botellitas, ¿te refieres a que son disociables?

EPL: Las dos partes constituyen la obra, pero cuando las expongo, puedo mostrar independientemente las botellas o el conjunto de las botellas con los periódicos. Nunca expongo solamente los periódicos ya que estos no contienen por sí solos la idea central de la obra, sino que son más bien su testimonio. Son imágenes muy atractivas, fantasmagóricas, pero lo que me interesa es que el espectador pueda imaginar la imagen preexistente no sólo a partir de la constatación de su ausencia, sino también en la singularidad de su nueva modalidad de presencia. El espectador tiene que hacer un esfuerzo para conectar las partes de la obra. Yo trato de interpelarlo para que su imaginación se proyecte más allá de lo visible, de lo visual.
Me interesan estas paradojas, al usar la goma y borrar, lo que hago es revelar. Esto mismo ocurre en la obra de Michaux cartografías 1. la crisis de la dimensión o también en la obra cherchant une lumière, garde une fumée (buscando una luz, guarda una luz) en la que la luz, al mismo tiempo que nos alumbra, también nos enceguece. En general estas son las paradojas que motivan todo mi trabajo.



cherchant une lumière, garde une fumée, 2007-2015, instalación, lámpara, mesa, imágenes impresas sobre papel (15 x 21 cm), dimensiones variables.



CA: ¿Cada uno de nosotros podrí ser potencialmente uno de esos anónimos? Al no saber si un día aparecimos en un periódico, ¿nos podemos proyectar en esas imágenes?

EPL: Creo que sí, y puede que esta aproximación empática contribuya a que este trabajo tenga algo de universal. Los periódicos están evidentemente llenos de anónimos porque necesitan de éstos para ilustrar una noticia determinada. Por ejemplo, hace algunos años en la sección de negocios del periódico Le Figaro aparecían muchos anónimos, sobre todo obreros. En esa época llegué a hacer 200 botellitas, pero ese periódico cambió y cada vez publicó menos fotos. Era interesante analizar lo que ocurría con el Figaro, pues manejaban representaciones del tercer mundo, o de países subdesarrollados y fue curioso ver como España entró a ser parte de esa representación. Antes era extremadamente raro hallar un país de la Unión Europea señalado de esa manera, se mostraba un pobre por aquí, un viejo de algún pueblo por allá, pero las cosas cambiaron mucho con la crisis.  




CA: ¿Cómo hace el espectador la conexión entre la imagen borrada y los restos de la goma?

EPL: La obra está acompañada de una lista en donde está inscrito un número, una fecha, el nombre del periódico y una página. Cada botella esta indexada con un número que remite a su fuente original. Al leer en la lista referencias como 8 de mayo del 2009, Le Monde, página 4, se puede entender que cada botella corresponde a una imagen de periódico. Ese vínculo ya te da “una imagen” que te permite al mismo tiempo proyectarte y distanciarte, y que cada quien se haga su propia idea de los anónimos.




CA: ¿Qué es un figurante?

EPL: Son presencias necesarias que tienen que pasar desapercibidas, ser irreconocibles como individuos, aparecer como elementos de una decoración, en el segundo plano. En el cine, por ejemplo, se necesitan muchos figurantes. Varios de mis trabajos evocan esas pequeñas historias que están detrás de los anónimos, no la historia con H mayúscula sino la de los hombres que la construyen. Es curioso ver como en el cine ya ni siquiera se necesitan personas, a veces se usan muñecos con máscaras, muñecos como los que quemamos en el año viejo en Ecuador, por no decir simulaciones de masas enormes en ordenador. Los figurantes son una presencia fantasmática, grupos humanos que tienen que ser visibles en su generalidad pero invisibles en su particularidad. En los periódicos sucede lo mismo, los figurantes se disuelven en la generalidad de la palabra, anunciada por los titulares o el pie de foto. En los periódicos de mi obra sucede lo contrario, ya que al ser borrados, los figurantes se distinguen mejor, saltan a la vista como una presencia latente.



CA: Has sido muy metódica con la numeración, la organización y la catalogación de los figurantes, ¿por qué decidiste guardar esa relación tan precisa entre los figurantes y los restos del borrador?

EP: Porque justamente me ayuda a singularizar. Cada botellita es un figurante, contiene la tinta que daba a ver a cada uno de ellos en una representación que, paradójicamente, los invisibilizaba. Al clasificarlos, justamente evito que se pierdan en una masa, esto me ayuda a singularizar, a subrayar su singularidad. En ese sentido, es un archivo absurdo. Trato de dejar en claro al decir que yo no borro: si bien físicamente la acción sí consiste en borrar, porque retiro la imagen al frotarla con un borrador, no “borro” en el sentido de que la imagen no desaparece, sino que la retiro para intensificar su existencia. El proceso me ayuda a clasificar, a recuperar, es como tomar una muestra de algo muy especial. Tengo mucho cuidado al atrapar y al recoger esa presencia particular de los anónimos.



CA: Háblanos de la otra obra que vas a presentar sobre el Ecuador, la obra inspirada del diario de Henri Michaux.

EPL: Se trata de un video que también se ha ido realizando con el tiempo. La duración es un aspecto muy importante en las dos obras que hemos mencionado. Cuando yo vine a vivir en Francia conocí el libro de Michaux titulado Ecuador, que es el diario de su primer viaje al Ecuador. Cuando empecé a trabajar a partir del libro, me di cuenta de que tenía la misma edad que Michaux cuando él viajo a mi país. Teníamos 29 años y como yo ya hablaba francés, quise leerlo y entenderlo en el idioma que me estaba apropiando en ese momento. Al mismo tiempo que me quise apropiar del libro, quería adoptar una mirada distinta con respecto a mi país. Cuando leí los textos de Michaux, a veces me reconocía en ellos y a veces era todo lo contrario.


cartografías 1. la crisis de la dimensión, 2010, video HD (18 min 40).



CA: ¿En qué contexto realizó Michaux ese viaje? ¿Nos puedes contar un poco la historia del libro?

EPL: Michaux era poeta, artista, dibujante y pintor, y quería someter su creatividad a estímulos extremos. En un momento decidió tomar un barco y pronto comenzaría a dibujar y a escribir bajo el efecto de la mezcalina. Cuando viajó al Ecuador, no tenía el proyecto de escribir un libro, de ahí que su texto está escrito a manera de diario de viaje, pero es también un ensayo poético, un relato amplio de las impresiones que tuvo del país. Michaux llega en 1929 a Guayaquil, un puerto muy pobre en donde habían ratas, peste y él sufría de problemas del corazón. Al llegar a la altura de las montañas casi se muere. En esa experiencia arriesga su vida varias veces y uno lo puede sentir en esas páginas en las que habla de un país que le fascina, que lo transforma, pero que al mismo tiempo lo destruye. Cada vez que se va a las montañas, le ocurren episodios insólitos, se le pierden las cosas, se enferma… Michaux establece una relación muy pasional con el país, que yo comparto, en la que veces me reconozco plenamente y otras veces para nada.



CA: ¿Cuánto tiempo duró el viaje de Michaux?

EPL: Él se fue en barco, y el viaje tardaba meses. Luego se quedó un poco menos de un año, quizás nueve meses. Mi proyecto consiste en recorrer distintos pasajes o capítulos del libro y reaccionar ante éstos de diferentes maneras en cada caso. La idea es responder artísticamente a cada pasaje, analizar las palabras que dice, las imágenes que me evoca. Me lo reapropio y hago de éste mi material creativo.



CA: Es curioso porque lo que se percibe en el video es que tú vas escribiendo el texto con los dedos untados de tinta. Es una escritura a partir de un proceso sorprendente. ¿Cómo realizas técnicamente el video?

EP: En Cartografía 1 vemos que en el libro de Michaux hay una página en blanco. En ese plano que está por escribirse entra una mano, las huellas digitales están cargadas de tinta y al ir presionando contra la superficie del papel, las palabras se van imprimiendo. Con la pulsión, se va vaciando la pintura de los dedos y las páginas se van imprimiendo.



CA: ¿Pero el proceso original no es el inverso? ¿Lo que tu haces antes del montaje del video no es retirar la tinta? ¿Cómo elaboras el video?

EP: Claro, es un artificio que ingenié para realizar la obra. La página en blanco está impresa sobre una película traslúcida que no retiene la tinta. Hice una puesta en escena del libro, puse el papel blanco como si fuera la página y filmé lo que yo iba borrando, recogiendo la tinta en mis dedos desde el final hasta el inicio del texto, tomando en cuenta que había que hacerlo todo antes de que la tinta se seque, en una sola toma. En el montaje, invierto la imagen, lo que le da al espectador la impresión de que el proceso de escritura empieza desde arriba, como si en lugar de ir borrando estuviese escribiendo con los dedos, que se van vaciando de la tinta. Ese es el secreto de la obra…



CA: ¿Por qué piensas estos procesos invertidos?

EP: Hay varias obras en que hago las cosas al revés, eso me permite darles otro sentido a las ideas ya que tengo que aprender a hacer acciones invertidas: aprender a escribir al revés, a hablar al revés y luego en el montaje los vuelvo a invertir para que todo tome sentido y sea entendible, pero el resultado es siempre un poco inquietante, distinto, como en desfase con el mundo. Para hacer el efecto del video de cuenta regresiva, tuve que aprender a hablar al revés; para hacer el video de Michaux cartografías 1. la crisis de la dimensión y que parezca que estoy borrando, tuve que aprender a escribir al revés.


cuenta regresiva, 2005-2013, archivo video, lecturas invertidas des 18 constituciones del Ecuador (76 h aprox), cortesía Galería Alain Gutharc.



CA: con respecto a la obra “atlas de rigor de la ciencia”, explícanos de dónde proviene el libro que utilizaste para realizar el atlas y el gesto que realizas en este.

EP: El atlas de rigor de la ciencia es un atlas del siglo XX. Los surrealistas hicieron un dibujo de la representación del  mundo en 1929; lo que yo hice no fue sino replicar su gesto. El atlas no es un objeto anodino, se trata de representaciones canónicas del mundo a partir de Mercator; son mapas con los cuales todos hemos crecido y estudiado en la escuela y que muestran una visión hegemónica del mundo. En éstos el norte es mucho más grande que el sur, o incluso Groenlandia es tres veces más grande que el África, cuando el África en realidad es más grande. Son mapas que portan implicaciones ideológicas, culturales, económicas. Los surrealistas responden a esas lógicas con su propio mapa, en el cual la línea del Ecuador es ondulada. La línea del Ecuador no es un parámetro cualquiera en la cartografía, es la línea recta a partir de la cual se mide el mundo y que lo divide en la mitad exacta. Es el paralelo cero. El gesto poético y político de los surrealistas altera radicalmente toda la representación del mundo consagrada en los mapas tradicionales.


del rigor en la ciencia, 2011, atlas de comienzos del siglo XX cortado.



CA: ¿La línea de los surrealistas también se llamaba Ecuador?

EP: Está dibujada y debajo está inscrito Ecuador. Para evitar caer en una representación nacionalista, trato de tomar al Ecuador como una imagen, como la abstracción del concepto que le da su nombre. Tomé esa representación tal cual como está dibujada y corté el atlas siguiendo esa línea. Lo atravesé de extremo a extremo a la altura de su propia línea del Ecuador, cortándolo en dos hemisferios. Me interesaba que este corte fuera muy visible, que ese Ecuador fuera una línea que separa, que divide, y en la que se juntan las partes.



CA: ¿Y el título de dónde proviene?

EP: El rigor de la ciencia es un cuento de Borges que relata la existencia de un mapa de un imperio hecho a escala 1:1, lo que es imposible. Esta representación con el tiempo pierde su funcionalidad y se vuelve inútil pues es absurdo representar al mundo a escala 1:1. Todos los habitantes del imperio que al comienzo están entusiasmados con la idea de esa carta dilatada en un momento se disipan y la abandonan, puesto que se vuelve un objeto inservible y porque el mapa viene a ocupar el lugar del territorio. También tiene que ver con esa idea de que la ciencia busca la exactitud.


CA: La perfección…

EP: Sí, el objetivo de los científicos es acercarse lo más posible a la realidad, pero en el cuento de Borges ese mapa no funciona, es un contrasentido, no sirve para nada. ¿Por qué siempre tenemos ganas de medir el mundo? Ahí está el vínculo entre la obra y la línea del Ecuador: el Ecuador también es un parámetro para medir el mundo, pero es algo que no tiene existencia real en el mundo. El Ecuador es el único país de América Latina cuyo nombre remite a algo inexistente. Por ejemplo Colombia viene de Cristóbal Colón, Brasil viene de un árbol nativo hoy extinto, Venezuela era una Venecia peyorativa. Esta falta de un referente concreto me interesa mucho ya que me permite pensar al Ecuador como una construcción arbitraria, abstracta, como una imagen.



la verdadera dimensión de las cosas (n° 3, 4 et 5), 2014, fotografías b/n, impresión papel (87 x 127 et 87 x 61 cm)



CA: Vas a presentar una serie de fotos en la que también abordas la cuestión del universo, de los parámetros, en la que trastocas nuestra lectura del mundo. Explícanos la serie La verdadera dimensión de las cosas.

Es una serie de tres fotografías que también intenta interrogar esos parámetros imaginarios a partir de los cuales nos representamos el mundo. Empecé haciendo una fotografía de un compás que medía un grano de maíz, luego hice la serie que vamos a mostrar: la primera es el atlas seccionado en el Ecuador, pero esta vez cortado con una tijera, casi como un gesto surrealista. La segunda es una fotografía de un globo terráqueo en el que la masa del planeta está ausente o es invisible. Es una paradoja que ya había usado en otra de mis obras (espejismo(s), 2. línea imaginaria (ecuador) en la que el espectador tampoco ve prácticamente nada, sólo los residuos de una goma de borrar sobre un muro que insinúan que alguna vez hubo allí una línea (que en realidad no existió nunca). En esta fotografía la hoja está simplemente doblada por la mitad. Es un gesto físico que actúa sobre la representación, actuando como la línea del Ecuador del globo terráqueo invisible.



CA: ¿Y la tercera foto?

EP: La tercera fotografía tampoco es real, si te das cuenta es el reflejo de una imagen de un mapa del océano imaginado por Lewis Carrol en su relato La Chase au Snark (1876). El espectador no percibe inmediatamente que se trata de un espejo, pues el foco está puesto en la parte donde dice Ecuador. En el libro de Carrol, el mapa es evocado al momento en que los marineros están perdidos en el mar y ninguna de las cartas náuticas de las que disponen les permite orientarse. Entonces el capitán dibuja un mapa que deja en blanco todo salvo las coordenadas en los márgenes, y que genera un entusiasmo general en la tripulación, ya que por fin, en ese vacío de representación, los marineros consiguen ubicarse. Lo que yo me pregunto es ¿ qué representan los parámetros en los márgenes? En la fotografía se ve el reflejo, el norte está invertido, el Ecuador y el Norte se encuentran en la misma línea, pero al final es un reflejo de la representación, como visto por Alicia a través del espejo. La serie es muy lúdica.



CA: Parece un libro abierto…

EP: También juega con eso, he trabajado mucho con los libros en general y entre mis trabajos siempre hay conexiones estéticas y conceptuales de lo más variadas.



CA: Háblanos de tus proyectos a venir.

EP: He ido desarrollando el proyecto del libro de Michaux desde hace algunos años,  y hasta ahora he trabajado con cuatro capítulos. Al comienzo no tenía título, mi punto de partida es una frase que Michaux dice cuando llega a Quito: “l’horizon d’abord disparaît” (el horizonte antes que nada desaparece). Con la altura, Michaux decía que sólo se veían las nubes y que se le perdía el horizonte. Es una frase muy sutil, difícil de traducir… La cartografía es una idea muy presente en mi trabajo, el mapa, el territorio, son nociones que tienen que ver con el desplazamiento, con la mirada y mi proyecto actual es seguir abordando el libro de Michaux pero recurriendo siempre a esta reconceptualización, a estas re-ficcionalizaciones.
También, con el trabajo de los figurantes he colectado casi mil periódicos y, visualizando el conjunto, me he dado cuenta de muchas relaciones entre las palabras y las imágenes. Me gusta mucho la idea de archivar, de catalogar, de sacar estos nombres que denominan la presencia de la gente. Tengo miles de anónimos y me doy cuenta de que la misma foto pasa de un periódico al otro con distinto titular o con distintos pies de página. Así que estoy explorando la idea de elaborar una especie de bestiario de estos titulares y pies de página (como extranjero desaparecido, marroquí en huelga, sin papeles, empleado, obrero…). Esta podría ser la base de un próximo trabajo inspirado en la palabra, con el que cerraría este capítulo de los figurantes y que quisiera presentar en la exposición personal que tendrá lugar en mayo próximo en el Frac Franche-Comté. En esta misma exposición presentaré un film acerca del proyecto de encargo público que estoy realizando en la comuna de Chalezeule en Francia.